jueves, 3 de mayo de 2018

Que se quede Erwin


Gentileza de: https://www.facebook.com/leonatacamacl/

Todos sabemos que el futbolero copiapino, en general, siempre ha dejado mucho que desear. Puedo dar fe de que este es el único estadio de un equipo profesional en el cual una persona puede ir a un partido del club local con camisetas de equipos foráneos. Puedo decir, con mucha lástima, que escuchar más los cánticos de las barras visitantes es algo más bien común en el Luis Valenzuela Hermosilla. Tengo la certeza que esta ciudad es de los pocos lugares donde incluso en las buenas campañas el público va más a putear al equipo que a darle apoyo.

Pero lo ocurrido el día miércoles en el partido de Copa Chile fue un despropósito. Luego del inexplicable empate en el partido de ida en Limache, teniendo en cuenta que hay dos categorías de diferencia entre un equipo y otro, el club amateur de la Región de Valparaiso salió a la cancha a jugarse quizás su única oportunidad en la vida para poder jugar un partido con un club de primera división, premio que obtendría si lograba derrotar a Copiapó. Nuestro club supo dominar con buen futbol el inicio del partido, e incluso se generó diversas ocasiones de gol que lamentablemente no se pudieron concretar por errores en la definición, adjudicables quizás a la falta de un delantero de área.

Si bien el partido se ponía dificil por la seguidilla de goles sin concretar y por la inexplicable salida del “Rata” Castillo, Deportes Copiapó mantenía el dominio de la cancha, con el balón controlado y demostrando en la mitad del campo que el ritmo del fútbol profesional es superior al de la Tercera División. No hay que desconocer que Limache tuvo al menos tres llegadas de peligro, pero todas ellas fueron generadas por jugadas de pelota parada. Mientras tanto, por la radio Maray el señor Kenio Rojas y su equipo se dedicaban a mentir descaradamente sobre el desarrollo del partido. En vez de cuestionar las decisiones técnicas, como ingresar sin un delantero neto o sacar del juego a Castillo, los “periodistas” de la Radio Maray no paraban de llenar de elogios el juego de Limache, y sin argumentos técnicos básicos a criticar el accionar del equipo local, situación que coloquialmente denominamos CHAQUETEO. Una cosa es tener conflictos personales con alguna persona del cuerpo técnico, pero otra muy distinta es analizar un partido totalmente distinto al que todos estabamos viendo en el estadio. A eso se suma que desde la tribuna comenzaron algunos tibios gritos de hinchas que exigían la salida del director técnico Erwin Duran.

Afortunadamente llegó el anhelado gol de Deportes Copiapó, pero con ello el jóven equipo del Marga Marga salió a jugarse el todo por el todo, y de forma impetuosa e incluso desordenada comenzó a acercarse peligrosamente al arco copiapino. Lo lamentable, es que el público después del gol copiapino comenzó apresuradamente a burlarse del osado rival con el clásico “ole, ole”, pero a penas los limachinos empataron, la barra comenzó a gritar con más fuerza que la vez anterior“¡que se vaya el Duran, que se vaya el Duran!”.

A quienes gritaron, sólo me queda decirles que son unos termocéfalos, y que no basta con ponerse una camiseta para querer a un club. Pero el verdadero problema no es con quienes vociferan estupideces desde la galería del estadio, el problema es con quienes lo hacen por un micrófono y en señal de radio, el problema es con quienes se dicen ser el único medio que sigue a Deportes Copiapó. Somos muchos y muchas hinchas quienes estamos aburridos de la constante persecusión que se hace hacia nuestros jugadores y hacia el cuerpo técnico. Si queremos que la ciudad realmente apoye al club, debemos partir por tener medios de comunicación que realmente se dediquen a apoyar al equipo y no a chaquetearlo.

Y a Don Erwin, desde esta humilde tribuna le entregamos todo nuestro apoyo mientras dure su gestión. Sabemos que es un técnico que sabe de fútbol y lo ha demostrado en todos los equipos donde ha estado. Quizás lo que le genera rechazo al seudoperiodismo de "Deportes 2000", es que Erwin Duran es una persona que se puede sentar a conversar seriamente de fútbol, de sus anhelos, de sus proyectos y de sus ideales, tal como lo hizo en la entreviste que le realizamos cuando recién llegó al club. La inteligencia asusta, y no es novedad que es mucho más fácil ser estúpido para ser feliz.


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